Bogotá, 21 de junio de 2018 (CD). Texto de la declaración del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez durante la sesión plenaria.
 
En vista de que está ausente el senador Alfredo Ramos Maya, quiero complementar las palabras sentidas, vigorosas y valerosas de la senadora María del Rosario Guerra y Paola Holguín.

Al senador Alfredo Ramos Maya ¿qué le ha pasado? ¡Hombre! ¡La familia duele! Todos estos años aquí maltratando a su familia y un impedimento…

Senadora, no necesita grabarme, el Senado me graba. Para qué me graba si conocemos… yo comprendo sus cambios temperamentales. Yo comprendo cuando usted vino a darme la mano aquí y después me insulta, pero bien pueda grábeme Senadora que voy a seguir con la piedra amarrada – y me es muy difícil -. No he insultado a una mujer en la vida. De pronto, de pronto, me gustaría que esto no fuera con usted sino con un ser frente a quien yo no tuviera inhibiciones, pero, entonces, permítame decir esto: el senador Alfredo Ramos – saturado su corazón de ofensas a su familia durante estos años – reaccionó ayer de esa manera, pero no es cobarde como lo ha dicho la señora Senadora. El que tiene el valor de reconocer el error no es cobarde.

La Senadora dijo: “Senador del Centro Democrático Alfredo Ramos Maya se declara impedido para votar el proyecto de sometimiento de las Bacrim porque un familiar – su padre – Luis Alfredo Ramos Botero está investigado. Es decir que acepta que su padre perteneció o pertenece a una Bacrim. ¡qué bonita familia!”.

A mí lo que me extraña es la falta de rigor jurídico de una candidata a la Vicepresidencia, que tiene las ambiciones de la Presidencia de la República o de la Alcaldía de la ciudad de Bogotá. Por supuesto, la Ley lo que dispone es que la investigación a alguna persona dentro de un grado de consanguinidad o de afinidad obligue a que uno se declare impedido y el Senado en su sabiduría verá si le acepta o no el impedimento. Entonces, viene la ofensa de la Senadora.

El senador Alfredo Ramos Maya – con toda gallardía – se declara impedido y ella toma ese impedimento como que el senador Alfredo Ramos Maya estuviera aceptando que su padre es un delincuente. Yo personalmente digo, independientemente de lo que pase con el doctor Luis Alfredo Ramos, lo digo desde el fondo del corazón, ese ha sido un buen señor toda la vida, un hombre honorable en su ejercicio público, independientemente de lo que pase con él, pero cobarde no es el senador Alfredo Ramos Maya, mire lo que dijo: “Hoy sentí que la ofensa contra mi familia durante años, con oportunismo político, llegó al límite. Tuve un error humano, una reacción inapropiada de un servidor público que debe dar ejemplo. Ofrezco excusas. Colombia debe unirse. Agravios de cualquier parte sólo dividen”.

Y aquí sí veo yo una gran diferencia. Mientras el senador Alfredo Ramos Maya reconoce su error, cuando el doctor Gustavo Petro la semana pasada nos trató de traquetos, lo que hizo fue borrar el twitter; mucho más valeroso Alfredo Ramos Maya que no niega lo que ha dicho sino que lo sostiene, acepta que es un error y ofrece excusas. Eso sí es valeroso.

Grave para el país que un aspirante cercano a la Presidencia de la República un día reciba un consejo de su profesor Mockus y al otro día trate a su contraparte de traquetos. Lo único que yo le contesté en un twitter fue: doctor Gustavo Petro, ¿es este el trato a los colombianos que le ha enseñado su profesor Mockus?

Entonces, sigamos, sigamos. Por ejemplo, ¿por qué me declaré yo ayer impedido? – me declaré impedido porque, cuando yo terminé la Presidencia, la Policía me dijo que había 2.400 personas en las Bacrim. Los perseguí con toda la fortaleza y el imperio de la Ley. En privado y en público le pedí al Comandante de la Policía y a todas las fuerzas que los capturaran y se capturó a Don Mario, se empezó a desmontar toda esa/esas organizaciones criminales. Las Bacrim quedaron en 2.400, ¡cómo han crecido! Una de las razones de mi oposición al actual gobierno fue que se negó, con argumentos jurídicos bien discutibles, a mi juicio forzados y equivocados, a perseguir con contundencia a las Bacrim y vemos el resultado. Se ha pasado de 2.400 a varios miles.

¿Por qué… qué pasó después? El señor Don Mario, que lleva muchos años preso, dice en años recientes que a él le dijeron que yo me había reunido con un secretario de Carlos Castaño, ¡por supuesto!, yo enfrento todo eso tranquilamente. Me pareció que debía yo comunicarle eso al Senado y, desde afuera, cuando se discutía mi impedimento, oí que el senador Barreras recomendó que se aceptara el impedimento. Me pareció bien. Le debo esa explicación al Senado de la República.

Entonces, ¿qué fue lo que escribió contra mí la Senadora? “Senador y Presidente eterno del Centro Democrático, Álvaro Uribe, también se declara impedido para debatir proyecto de ley de sometimiento a Bacrim. Explicación no pedida, acusación manifiesta, o el que la debe la teme”.

Como se diría popularmente, yo tenía… hay tantos temas que la Senadora, he aprendido a que en lugar de perturbarme, sus insultos me den paz.

Yo dejé de tomar una goticas de los médicos bioenergéticos hace días y las cambié por los insultos de la Senadora, no hay nada, no hay una medicina bioenergética, no hay una valeriana que obre mejor en mi psicología para controlar, mis estimados senadores, que los insultos de la Senadora, para mí son un valium, una valeriana, un factor de tranquilidad señor Presidente y estimados senadores.

Pero nos acusa de asesinar testigos, ¡hombre! ahí seguimos dando la batalla. ¿Cómo le parece? el señor este que asesinaron recientemente ¿cómo se llamaba? ¿El apellido? – Areiza; ese señor nunca declaró contra mi familia, ese señor declaró contra el doctor Luis Alfredo Ramos y después se rectificó y en la rectificación dice que fulano y perano le hicieron unos ofrecimientos para declarar contra mi hermano y contra mí, entonces uno de los abogados recogió esa declaración y la llevó a la Corte y entonces después asesinan al señor, ahí mismo se crea en ese ambiente electoral – No, lo mató Álvaro Uribe, lo mató Álvaro Uribe, pero todo eso lo enfrentamos. No se preocupen que yo no manipulo testigos, ejerzo el derecho de buscar desmontar falsos testimonios y lo hago de frente con todas las… con todo…

¿Qué dijo Senadora? ¿qué? ¿qué dijo? sí Senadora, mire, sabe qué le dije yo a una mujer en Cali, no una mujer dolida socialmente sino una riquita contemplada de una universidad de Cali, dijo la palabra que usted acaba de decir y le dije: ¡Hombre! Sos muy bonita como las colombianas, no seas boquisucia, no te luce, no te luce. Eso fue lo que le dije a una mujer, entonces lo único que yo le puedo decir a una mujer que dice esa palabrota aquí como usted, es lo mismo que le dije a aquella niñita en Cali, con un elemento adicional, aquella niñita no aspiró a la Vicepresidencia de la República, ni ha manifestado aspiraciones a la Alcaldia de Bogotá, tampoco ha manifestado aspiraciones a la Presidencia de la República.

¿Y qué pasó después? – Ahí hay otras hipótesis del señor Areiza, pero que investiguen sobre mí lo que quieran, lo que quieran, enfrentamos todo. Eso sí, es muy importante tener en cuenta lo último que pasó. Lo último que pasó es que unos peritos se pronunciaron sobre los papeles del señor Areiza y dijeron que eran auténticos y el doctor Luis Alfredo Ramos los aportó en la Corte Suprema de Justicia, yo pedí también que los aportaran.

Yo simplemente terminaría con esto, qué bueno que el senador Alfredo Ramos, en medio de ese dolor, no borró el twitter cobardemente, no se quitó de lo que dijo, simplemente lo reconoció y ofreció excusas, ¡que gallardía! Que gallardía y lo digo ,con él que está ausente, y recuerdo aquellas palabras de Ortega y Gasset: “Hay veces que hay que entender las explosiones de los seres humanos, son producto de la ofensa a la dignidad que está en nuestro corazón, en nuestra alma”.

Yo creería haberle pedido una constancia era para sumarme al homenaje que le hicieron ayer a varios senadores, al doctor Horacio Serpa con quien tanto he discutido y a quien tanto aprecio.

Oiga lo que me dice, ¿que ojalá la valeriana me sirva pa´ qué? – para la Masacre de El Aro.

¿Usted me deja referir a la Masacre de El Aro? – hubo 93, 100 casos de la mayor gravedad en Antioquia en esos años y vienen ahora a decir que por contexto, cuando era un tema guerrillero y paramilitar, la Gobernación de Antioquia – el titular de la Gobernación – es responsable de la Masacre de El Aro.

Fui muchas veces allá a Ituango, inclusive con el doctor Jesús María Valle que ahora dicen que lo mataron porque la Gobernación no le dio protección y que yo soy el responsable instigador de que lo mataran; lo asesinaron, había salido ya de la Gobernación de Antioquia, estaba yo en una universidad de Inglaterra, ¿sabe qué pasó señor Presidente? – Y me obligo a decírselo a este Congreso, cuando el… alguien de Ituango denunció que había una comisión del ejército de los paramilitares, inmediatamente puse eso en conocimiento de la Cuarta Brigada, ¿sabe quién era el Comandante de la Cuarta Brigada? – El General Carlos Ospina, después comandante del Ejército, de las Fuerzas Militares, hoy profesor de la Universidad Nacional de Defensa en los Estados Unidos, con un gran prestigio, me mandó esta cartita: “He revisado toda el área – ahí la tiene la Corte – `he revisado toda el área´ allá no hay colusión alguna entre el Ejército de organizaciones paramilitares, lo que teníamos era un país, una tercera parte en poder de la guerrilla, el país estaba en una tercera parte en poder de la guerrilla, una tercera parte en poder de los paramilitares y el resto en riesgo.

La Senadora se siente con la atribución de condenar a sus adversarios, eso sí, cuando le aparece un parlamentario cargado de coca en el aeropuerto en Medellín, sale a decir que es montaje, pero no quiero entrar en ese debate con ella, yo la voy a dejar para que sus rabias me sigan sustituyendo la valeriana.

Me sumo a usted señor Presidente en lo que dijo ayer de los distinguidos senadores que van terminando aquí su periodo, el doctor Horacio Serpa, la semana pasada le dije jocosamente: te gano en una cosa Horacio, he sido más disidente que tú. Y quiero referirme a todos ellos, con inmenso cariño, siéntanse representados en el doctor Horacio Serpa, en Manuel Enríquez Rosero a quién quiero profundamente con Jimmy Chamorro y a Laureano Alberto Arellano aquí lo promovimos hace muchos años para que fuera el Secretario de la Comisión Séptima y a todos los distinguidos senadores que usted les hizo un homenaje ayer, señor Presidente.

Muchas gracias.

Fin