Paloma Valencia, senadora:
Como si estuviera escrito en las páginas del libro que sentencia su destino, la sangre que corre por las venas de la madre de Amapola siempre ha sido de tipo uribista; esta caucana, cuenta que su fervor por las ideas del expresidente Uribe salieron a flote desde el momento que sintió que por fin había llegado al púlpito, un hombre que le cumplía a los colombianos.
Jamás pensó que la hija de Ignacio Valencia López y Dorotea Laserna, una ciudadana de a pie, una periodista que vivía del acontecer nacional llegaría a realizar esas correrías en calidad de precandidata presidencial y senadora de la República de Colombia. En absoluto imaginó que lo haría al lado de su líder Álvaro Uribe Vélez para ayudarle a cargar sus banderas y mucho menos pasó por su mente que esta labor la realizaría junto a su pequeña Amapola.
Con su bebé de apenas tres meses de nacida, emprendió la cruzada y recorrió zonas golpeadas por una cruda realidad: pobreza, injusticia e inequidad; “me conmueve el dolor humano”, argumenta e insiste en que la frustración que la asedia es pensar que hay maneras de resolver muchos de estos flagelos y no hay quien se apersone a hacerlo.
Siguiendo los designios de su inspirador: Jesucristo. Paloma agarró el timón y enfrentando el arduo reto sacó adelante la idea de ser congresista, en un país donde la política electoral es casi imposible para una ciudadana de a pie y más si es mujer; a pesar de ello estará en el Congreso de la República por segunda vez, es mamá y está criando a Amapola quien a su año y unos meses conoce casi todo el país que la vio nacer.
Paloma Valencia, asiente que es un gran desafío, pero su labor y equilibrio son el reflejo de las características de la mujer colombiana y fue este el sentido que le dio cuando decidió emprender dichos retos.
Así continuará cargando la bandera del Centro Democrático, luchando por este país que la ha visto crecer y cumplir sus sueños; motivada por las ideas del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez e inspirada en las “ocurrencias” del Quijote, buen ejemplo de las luchas difíciles y casi imposibles.
Ella es Paloma Valencia, senadora electa por segunda vez de nuestra colectividad quien sueña con ver una Colombia donde la pobreza termine, un país con mayores oportunidades.