Por: Nicolás Pérez
Senador de la República

¿Cuál es la tasa de desempleo juvenil en Colombia? ¿Qué factores inciden para que a los jóvenes se les dificulte más el acceso al trabajo? ¿Cómo ha sido la variación histórica de este indicador? ¿Qué hemos hecho desde el Congreso para combatir esta problemática?

Sin lugar a dudas el desempleo ha sido uno de los principales retos que históricamente ha tenido el País. A pesar que hemos logrado disminuir la tasa de desocupación del 17,8% en enero del 2002 a 10.2% en septiembre del 2019 este indicador sigue siendo supremamente alto, a tal punto que duplica la cifra promedio de los países de la OCDE, la cual se encuentra en 5.2%.

En este contexto, hay una categoria que presenta unos números aún más alarmantes: el desempleo juvenil. Este se ubicó en 18,9% en el primer trimestre del año pasado y si se analiza dicha cifra por grupos poblacionales encontramos que mientras el 13,9% de los hombres están desempleados, las mujeres padecen una tasa del 25.7%.

Esta dura realidad dista de las cifras de la OCDE, donde el desempleo juvenil en promedio se encuentra en el 11,4%. Ahora bien, no se puede desconocer que en Colombia ya no tenemos una tasa de desocupación de jóvenes del 36,6% como la tuvimos en el 2000. Sin embargo, el indicador actual implica que más de 3 millones de personas entre los 18 y 28 años no encuentran empleo, algo completamente preocupante.

Ante esta situación, en el Congreso no nos hemos quedado quietos. De hecho, en el Plan Nacional de Desarrollo, proyecto del cual fui coordinador ponente, y en la Ley de Crecimiento Económico, también denominada Reforma Tributaria, aprobamos tres medidas que tendrán un impacto más que positivo para combatir este flagelo.

En el primero, establecimos en el artículo 196 que el 10% de los nuevos empleos que se creen en las plantas de personal de las entidades públicas deberán ser destinados para personas entre 18 y 28 años que no tengan experiencia profesional. Al respecto, celebro que el Gobierno Nacional haya expedido esta semana el Decreto que reglamenta esta materia.

Asimismo, en el artículo 192 consagramos que las prácticas laborales deberán ser tenidas en cuenta como experiencia laboral. En el segundo, aprobamos en el artículo 83 que las empresas tendrán derecho a deducir de la declaración de renta el 120% del salario que paguen a los empleados que contraten de hasta 28 años que perciban un máximo de $4´094.805, siempre y cuando sea su primer trabajo, lo cual se constituye como un incentivo sin precedentes para la vinculación de jóvenes al mercado laboral.

Con estas disposiciones esperamos que la falta de experiencia deje de ser un obstáculo para que los jóvenes encuentren empleo, toda vez que tanto en el sector público como en el privado se abren las puertas para su incorporación laboral.

No obstante, esta no es la única limitación que padecen las personas entre 18 y 28 años para empezar a trabajar. En efecto, la falta de educación también tiene una fuerte incidencia en la alta tasa de desempleo. Por ello, en septiembre del año pasado radiqué un proyecto de ley que busca fortalecer la formación para el trabajo en Colombia.

Como tal, nuestro País tiene un promedio de 6 profesionales por cada técnico, mientras que en varios países de la OCDE la relación es inversa: 6 técnicos por cada profesional. Este déficit de técnicos y tecnólogos genera que en sectores como el agrario, el industrial o el tecnológico el 33% de las vacantes sean para estas personas, mientras que solo el 25% de las plazas disponibles requieran universitarios.

Por ello, con esta iniciativa se busca que la formación para el trabajo se deje de considerar como un pre-universitario y, por el contrario, se entienda como una potencial fuente de ingreso al mercado laboral, en especial para el segmento juvenil de la población que hoy en día sufre una tasa de desempleo que duplica el promedio nacional.

La lucha contra el desempleo debe ser una constante desde el servicio público. De nada sirven las cifras de crecimiento económico si no logramos que el incremento de la productividad empresarial se vea reflejado en más empleos, sobre todo cuando lo que está de por medio es la vinculación laboral de las nuevas generaciones de compatriotas.