Fue un triunfo construido desde el corazón de los colombianos y materializado con el trabajo incansable de miles de voluntarios y el voto convencido de 10.373.080 compatriotas. Cifras históricas, pero pequeñas para describir la trascendencia de ese 17 de junio: elegir a Iván Duque presidente de la República fue una victoria para todos.
Ganó el colombiano honesto y trabajador, aquel al que el Gobierno de Juan Manuel Santos le robó su voto por el NO en el plebiscito para priorizar a las Farc y no a las víctimas. Iván Duque no “destruirá” el acuerdo ni desconocerá los derechos de los exguerrilleros de base, pero sí impedirá que la impunidad sea la regla para los criminales de lesa humanidad, que el narcotráfico sea considerado delito conexo al político y exigirá que se entreguen las rutas y el dinero producto del procesamiento y tráfico de drogas. Es decir: va a triunfar la justicia.
Ganó el ciudadano hastiado de la corrupción, los impuestos desbordados y la falta de oportunidades. El nuevo presidente de los colombianos asumió el compromiso de enorgullecer a toda la Patria con un Gobierno transparente, sin coimas ni “mermelada”. Como amiga y compañera de bancada le digo al país que Iván Duque cuenta con el conocimiento necesario para impulsar el crecimiento económico y manejar con austeridad los recursos públicos. Así, la confianza inversionista y el desarrollo sostenible generarán más y mejores empleos. Triunfaron el emprendimiento y el trabajo digno. Perdió la inequidad. Ganó la justicia social.
Ganó el usuario del inhumano sistema de salud que por fin será escuchado y accederá a una atención digna y oportuna; ganó el campesino que verá zonas rurales productivas y con seguridad; ganaron los jóvenes ávidos de posibilidades educativas y espacios de deporte, recreación, cultura y tecnología; ganó la Colombia que defiende su familia, valores y principios; ganaron los recursos naturales que nos pertenecen a todos y pueden ser aprovechados con responsabilidad ambiental; ganamos las mujeres, que tenemos en Marta Lucía Ramírez nuestra primera vicepresidente y la mejor de las representantes. Triunfó Colombia entera.
Y aunque no lo saben o se niegan a entenderlo, ganaron algunos líderes políticos que sin conocer siquiera cómo gobernará Iván Duque, desde ya pretenden deslegitimar su Gobierno. Su mezquindad y amenazas tendrán como respuesta trabajo, hechos concretos, construcción de un mejor país y respeto a la oposición.
Insisto: El triunfo de Iván Duque pertenece a Colombia. Ahora a trabajar para materializar su agenda programática. Desde el Congreso apoyaremos sus iniciativas. Es grande el reto que asumimos desde ya de la mano del presidente de los colombianos: Tenemos la victoria, pero debemos construir un futuro para todos.
(Fin)