Por: Margarita Restrepo
Celebro el nuevo rumbo que ha tomado la política frente a la niñez colombiana en estas primeras semanas del nuevo gobierno. Es cierto que en la administración anterior el presupuesto destinado para el ICBF fue muy inferior a lo que necesita nuestro país, pues para Santos era prioritario cubrir el rubro de la “mermelada”, para poder mantenerse en el poder con un mínimo de gobernabilidad.
Igualmente, la semana pasada, el presidente Duque y su ministra de Educación, María Victoria Angulo presentaron un proyecto muy ambicioso y necesario que apunta a fortalecer y renovar íntegramente el PAE –Programa de Alimentación Escolar-, convirtiéndolo en una política pública de Estado en la que intervienen 15 entidades para efectos de garantizar su éxito. Es triste ver cómo en los últimos años, los recursos del PAE se malgastaron y una parte significativa del presupuesto destinado para alimentar a nuestros niños fue dilapidado en corrupción.
Tal y como lo anunció la ministra Angulo, para el trimestre que le queda a este año, el gobierno destinará la importante suma de cincuenta mil millones de pesos adicionales para cubrir las necesidades del PAE y el año entrante se prevé que el Ministerio de Hacienda apruebe poco más de un billón de pesos para atender la alimentación de los niños.
Pero el asunto no se limita a la aprobación de un presupuesto, sino a la garantía de que los recursos sean utilizados con transparencia y honradez. Por eso, la decidida lucha del gobierno Duque contra la corrupción es más que necesaria. Todos los ciudadanos estamos en la obligación de denunciar cualquier acto de corrupción, particularmente en los temas relacionados con la niñez.
Es inaceptable que haya personas inescrupulosas que tengan establecidas verdaderas empresas criminales dedicadas a robarse el dinero de la comida de los niños. La nutrición es un elemento fundamental para el desarrollo integral de las personas. Un menor mal alimentado, tendrá dificultades de aprendizaje. El esfuerzo que hace la nación para destinar la mayor cantidad de recursos para cubrir al mayor número posible de menores no puede irse al traste por cuenta de los corruptos. El gobierno tiene la meta de aumentar en 300 mil los niños con acceso al PAE, 50 mil de ellos en condición de vulnerabilidad de primera infancia.
Igualmente, se busca asegurar la alimentación durante todos los días del calendario académico. Hoy, en promedio se brinda comida 140 días del año y el objetivo es subir a 180.
Pensar en los niños, significa apostarle al futuro del país. En nuestras manos está el garantizar que quienes nos relevarán en la línea de la vida, sean personas con una formación académica integral. Colombia, que tantas dificultades ha tenido que sortear por cuenta de la violencia, tiene ante sí misma el colosal desafío de jugársela a fondo y decididamente por las futuras generaciones, compromiso que cumplirá el presidente Duque, quien es un convencido de la necesidad de concentrar buena parte del esfuerzo del gobierno en la búsqueda de las soluciones a las problemáticas de nuestros niños.