Por: Thania Vega de Plazas

El asunto de la corrupción en Colombia durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos produce hechos sin precedentes que avergonzarían a cualquier nación del mundo, pues como si no fuera poco, hablar de escándalos como el de Odebrecht, el Cartel de la toga, el Cartel de la hemofilia, el cartel de la educación, Ruta del Sol II, Glencore, la venta de ISAGEN, Reficar, ahora enfrentamos el hecho de que nadie da cuenta por los más de 200 millones de dólares que donaron Suiza, Suecia y Noruega para el llamado posconflicto.

Todo empezó hace más de tres meses cuando los mencionados países le preguntaron al gobierno del presidente Santos qué pasó con los recursos que desde hace rato le entregaron a Colombia para implementar los acuerdos con las FARC, sobre todo cuando en la práctica ni las zonas veredales las terminaron, ni la Justicia Especial para la Paz está operando por falta de ejecución.

Se trata de 200 millones de dólares que en pesos colombianos se acercan a los (600.000.000.000) seiscientos mil millones de pesos que son manejados por cuatro fondos creados para administrar la plata para la mal llamada “paz”.

El asunto de la plata pese a las reuniones del presidente Santos con los embajadores de Suiza, Suecia y Noruega, va tomando dimensiones de escándalo de corrupción, donde al final de los días nada pasará, como nada ha pasado en los escándalos que enumero el empezar esta columna.

No se puede explicar cómo una de las personas encargadas del manejo del dinero, que es muy cercana desde hace muchos años al Ministro para el Posconflcito Rafael Pardo, salga a los medios para decir que ya saben en qué se invertirá el dinero sin entregar más detalle.

Además para un “no te lo puedo creer” resultó que la pareja sentimental de la señora Gloria Ospina, encargada del Fondo Colombia en Paz, tuvo contratos del posconflicto, con plata que su actual pareja maneja para implementar los acuerdos.

Lo más grave es que los mismos contratistas, cerca de 400, hace pocos días en un derecho de petición le solicitaron a la señora Ospina que explicara porqué no se les había desembolsado los pagos respectivos por los servicios prestados. Asuntos que ya estudian la Procuraduría, Fiscalía y Contraloría.

A propósito de dineros que no aparecen e inversiones que no se justifican suficientemente, tenemos que hablar del tema de la JEP, donde el encargado del manejo del dinero era el señor Néstor Raúl Correa, secretario de esa jurisdicción, quien ya había sido objeto de investigaciones ante la Comisión de Acusaciones por manejo de recursos públicos en el Consejo Superior de la Judicatura, proceso que se archivó después de tres años.

Por ahora tenemos que la procuraduría está esperando explicaciones que deberá dar el señor Correa sobre la inversión de 11.765 millones de pesos de los 36.752 millones disponibles para la JEP.

El caso es que en 14 meses de funcionamiento de ese sistema de “justicia” paralela se han entregado cuando menos 1.800 contratos que incluyen la contratación de 195 personas; pero no se ha dictado la primera sentencia en contra de los terroristas de las FARC, que es una de las funciones que tiene.

Seguramente los colombianos nuevamente estamos concurriendo a otro hecho de posible corrupción con dinero aportado por países amigos de la “paz”, lo que reafirma que en el gobierno Santos la llamada “paz” sirvió como fachada para más de lo mismo… corrupción, corrupción y más corrupción.

FIN …