Bogotá 7 de noviembre (CD). La siguiente es la constancia del Senador Carlos Felipe Mejía en la Plenaria de Senado.
“Gracias señor presidente, permítame dejar la siguiente constancia:
Aseguraban los promotores del proyecto político del socialismo del siglo XXI en Colombia, que según su pronóstico, Brasil se mantendría en la ruta que su inspirador Hugo Chávez, había emprendido para que América Latina se convirtiera en el paraíso prometido por los defensores del socialismo populista y dictatorial.
Con los dólares del petróleo, el fallecido Hugo Chávez, compró a cuanto dirigente se asociara a sus pretensiones en cercanos países y sirvieran para la labor de adoctrinamiento que inculcaban sus mentores, los hermanos Castro.
Mientras Cuba se financiaba con los recursos de los venezolanos, quienes lamentablemente adormecidos por subsidios y mentiras populistas, no asimilaron temprano la forma como se desperdiciaba su gran riqueza y se llenaban los bolsillos, burócratas y militares. Los usufructuarios del poder en la Venezuela del Siglo XXI, despachaban al sistema financiero internacional cantidades inmensas de dólares a paraísos fiscales mediante  operaciones de lavado, dejando a la nación venezolana en medio del  hambre, deficiente prestación de servicios públicos, insuficiente producción  petrolera  y de muy baja calidad, desaparición de la producción  agrícola, desabastecimiento, ausencia de nuevas tecnologías, migración masiva, deserción estudiantil e insuficiente  prestación de servicios de salud, en síntesis un país desolado.
“Ni el socialismo histórico ni el denominado del siglo 21, han logrado resolver los apremiantes problemas de la humanidad, entre ellos: la pobreza, el hambre, la explotación y la opresión de tipo económico, sexista y racista; la destrucción de la naturaleza y la ausencia de la democracia real participativa.” (Heinz Dieterich: El Socialismo del Siglo XXI, p.9) 
La realidad es muy diferente a la que divulgan los promotores del socialismo del siglo XXI en Colombia. El pueblo de Brasil decidió democráticamente votar en contra de lo indignante, no es digno para un país que a la anterior presidenta Dilma la destituyeran, que a Lula lo condenaran por corrupto y lo tengan preso, no es una arbitrariedad, no es fascismo y tampoco es una disputa entre la vida y la muerte, es una decisión popular a los ojos abiertos de toda la población del Brasil y de la comunidad internacional.
No se puede hablar de una dictadura en ciernes, cuando el nuevo presidente Bolsonaro, tendrá un congreso de diferentes partidos y será minoría, así se consolida una democracia participativa y no el partido único ni el congreso sumiso y arrodillado que tantos defienden en esta patria, como sucede en Venezuela y en Cuba.
El triunfo de Bolsonaro con el 55.13% de los votos, envía el mensaje a toda latinoamérica y al mundo, que el socialismo del Siglo XXI no es la opción y mucho menos en Colombia. Por eso y por razones democráticas muy poderosas, los colombianos elegimos a Iván Duque Presidente de la República en legítima democracia, garantizando la libertad de elegir y la libertad de pensamiento y con seguridad democrática como base del desarrollo para todos los colombianos.
Pero por sobre todo porque a pesar de las enormes dificultades en las que recibió el Presidente Duque esta patria, los colombianos tenemos la certeza que Iván Duque garantizará la libertad y la democracia de esta patria y no lo que le sucedería a esta nación en manos del socialismo del siglo XXI que tantos promueven incluso en este Congreso de la República, afortunadamente hoy minorías.
Gracias señor presidente”.