Por: María del Rosario Guerra
Senadora Centro Democrático
Tan complejo como mejorar las condiciones de vida de más de un millón 200 mil colombianos con discapacidad visual y tan simple como que uno de ellos, cuando se siente en la mesa de un restaurante, pueda leer con sus manos las opciones del menú y decidir qué desea comer.
Así es el histórico proyecto que radicamos, hace unos días, en el Senado y que, de convertirse en Ley de la República, garantizará que nuestros compatriotas con discapacidad visual cuenten con el sistema de lectoescritura braille en empaques de alimentos y medicinas, en los tiquetes de buses o avión, en las facturas de los servicios públicos que pagan mensualmente, en cartillas y textos escolares, en los sistemas de información de lugares y actos de interés público… en la vida cotidiana.
Incluye además que el 4 de enero sea declarado ‘Día Nacional del Braille’, que se le otorgue el carácter nacional a la Imprenta del Braille del Instituto Nacional para Ciegos (Inci) y se faculte a esta entidad para expedir certificaciones de calidad en la materia, así como que se garantice que los documentos oficiales y el material electoral sean impresos bajo los parámetros de este sistema.
Es histórico, porque -por primera vez en Colombia- un proyecto de Ley se presentó en su totalidad en braille ante el Senado. Gracias al trabajo realizado con el apoyo del Instituto Nacional para Ciegos comienza a saldarse una deuda con nuestros compatriotas invidentes y con baja visión.
Histórico, porque hará más práctico el día a día a cientos de miles de personas y marcará una pauta para que las compañías privadas y entidades públicas entiendan que existe una “Colombia ciega” que siempre hay que mirar.
El Proyecto de Ley 063 de 2018 trasciende, porque nuestro trabajo legislativo siempre debe estar dirigido al beneficio de los ciudadanos, en especial al de aquellas personas con discapacidad. Esto es historia, porque genera inclusión y, léase bien, con ojos y manos: para eso fuimos elegidos por los colombianos.