La economía global se encuentra sumergida en un escenario incierto como consecuencia de la guerra comercial entre Estado Unidos y China, y el pésimo crecimiento de 2.9% que registró en 2019, el peor desde la crisis financiera internacional de 2009. El Banco Mundial prevé que para el año 2020 el crecimiento de las economías avanzadas disminuirá de 1,6% a 1,4%.

Sin embargo, Colombia es una buena excepción dentro del escenario descrito. De hecho, y como lo muestran las cifras, el país atraviesa por un momento de gran estabilidad económica, gracias a las acertadas decisiones del Gobierno del Presidente Duque en la materia.

El pasado viernes, el DANE publicó las cifras de crecimiento del PIB para el año 2019; con entusiasmo informó que la tasa de crecimiento fue de 3,3%, la mayor desde el año 2014.  Aunque no se cumplió con la meta del 3,6% y todavía se aleja del 4% como mínimo que se aspira, si resulta muy superior a la proyectada para América Latina; de hecho, fue el único país en la región que creció por encima del 3%.

De este resultado, se destaca el importante aporte que tuvo el consumo, en especial el de los hogares. La firma Raddar mostró que en términos reales el crecimiento del gasto de los hogares fue del 6%, el más alto desde al año 2005, y que se explica principalmente por mayores ingresos de los hogares, gracias a la decisión de haber aumentado un 6% el salario mínimo; la llegada de remesas que registraron US$8.247 millones, un 17,2% más que en 2018; la entrega de $211 billones en créditos para los hogares, y la migración venezolana.

El segundo componente que incentivó el crecimiento de la economía fue la nueva dinámica que adquirió la inversión en el país. La formación bruta de capital fijo creció al 4,6% en 2019, muy superior al 1,5% registrado en el año 2018, gracias a la reducción de los costos de capital contemplados en la Ley de Financiamiento, y que fueron nuevamente aprobados en la reciente ley de Crecimiento y generación de empleo. En relación con la inversión extranjera directa, el año pasado cerró en US$10.366 millones, la mayor desde el año 2015, con un crecimiento cercano al 20%. Gran labor ha hecho el gobierno al atraer inversión en sectores diferentes al minero-energético, prueba de ello es que la IED en otros sectores llegó al 63% del total en 2019.

Entre los sectores que más crecieron en 2019 se destacan el de comercio, transporte y alojamiento con un 4,9%. Este además aportó cerca de la cuarta parte del crecimiento del PIB y muestra el clima favorable que se ha generado para los negocios. En el sector servicios, el turismo ha tenido un excepcional desempeño aportando cerca de US$6.500 millones y una gran entrada de visitantes no residentes y alta ocupación hotelera. El sector público también registró una variación positiva del 4,9% y el sector financiero y de seguros lo hizo al 5,7%.

No obstante, los buenos y optimistas resultados del 2019, para 2020 hay dos grandes retos: lograr un mayor crecimiento del sector agropecuario y un crecimiento positivo del sector construcción, ya que el primero solo creció 2%, y el segundo decreció -1,3%. Para la economía colombiana resulta fundamental apoyar el crecimiento del agro, no sólo para superar la pobreza rural sino para proteger el empleo, ya que este sector genera el 16% de los empleos del país, lo cual exige aumentar el gran potencial productivo de contar con una frontera agrícola de 40 millones de has. y sólo 7.5 millones en producción, y lograr mayor formalización empresarial y laboral.

Aunque las exportaciones no lograron aportar mucho al crecimiento económico, y el déficit comercial aumentó; el año 2019 deberá ser recordado como el año en el cual se rompió el record en las exportaciones agrícolas y de servicios, como bien lo afirmó el Presidente Duque. El Gobierno Nacional debe seguir trabajando en la promoción y facilidad para la compra de nuevos productos colombianos en el extranjero, por ejemplo, a través del programa Fábricas de Internacionalización, lanzado recientemente por Procolombia.

Finalmente, es importante resaltar que este crecimiento no sería sostenible y eficiente sin un adecuado manejo fiscal. En 2019, el déficit se redujo al 2,5% del PIB, el más bajo desde 2014. De hecho, el superávit primario, que representa la diferencia entre ingresos tributarios y gastos corrientes, registró 0,5% del PIB, el primero desde 2012 y el más alto desde 2008. Adicionalmente, el recaudo tributario del Gobierno aumentó en un 9,3% frente al año anterior y logró superar la meta llegando a los $157,8 billones. Estas cifras son prueba de la forma responsable cómo se está financiando el Estado, con austeridad, gestión contra la evasión y el contrabando, y priorizando los recursos hacia la inversión social.

Resulta sorprendente que en solo 18 meses de trabajo varios de los indicadores macroeconómicos hayan mejorado sustancialmente y otros inclusive hayan llegado a niveles históricos. Esta es la evidencia más clara de que el país ha retomado su rumbo y que los colombianos cuentan con una economía y un Gobierno que son ejemplo en la región. El gobierno, de la mano del Congreso y el sector productivo, debe seguir trabajando para alcanzar un crecimiento de al menos el 4%, y consolidar mejoras sustanciales en la calidad de vida de los ciudadanos.

Genera optimismo estas buenas noticias de la economía.