Alejandro Corrales
Senador Cafetero
En los últimos días nuestro país se ha visto sometido a la delincuencia, cientos de vándalos se han tomado las calles para aterrorizar a las comunidades y en muchos casos han atacado la propiedad privada y el bien público de los colombianos.
Los promotores de este gran Paro Nacional han brillado por su ausencia a la hora de rechazar los actos violentos que se propagan en todas las ciudades, y los marchantes que tanto han gritado por cambiar el país aún desconocen la verdadera razón de su protesta.
Tanto ha sido ese desconocimiento que gritan por un mal servicio de transporte mientras siguen rompiendo y bloqueando las estaciones y portales de transporte masivo o protestan por la inseguridad mientras ellos mismos aprovechan el desorden para asaltar las tiendas y el comercio.
Nuestra sociedad esta al borde del colapso, individuos se han aprovechado de la población descontenta para utilizarlos, haciéndoles creer que están marchando para ser escuchados por sus inconformidades, cuando en realidad lo que planeaban era usarlos para infiltrar terroristas y desestabilizar la tranquilidad de los ciudadanos de bien, logrando acabar con la paz de todos nosotros y construyendo debajo de ella el vandalismo y la destrucción al igual que en otros países de Latinoamérica.
Los cacerolazos les sirven a estos desestabilizadores para demostrar legitimidad, es el momento de entender que no nos podemos dejar manipular de ellos. Legitimando el uso de la violencia en nombre del cambio social y haciéndole creer a las personas que la protesta debe seguir sin importar los medios vandálicos a los que se tenga que recurrir, no interesa si es arruinando los medios de transporte o aterrorizando a la comunidad.
Algo si es cierto, nuestra institución y democracia seguirá en pie y no se arrodillará ante tanto criminal, escuchará a quien proteste pacíficamente y perseguirá a quien siga dañando nuestra estabilidad. Por desgracia, por culpa de estos vándalos todos tendremos que pagar los daños y sufrir las consecuencias en transporte y en infraestructura.
Desde nuestras ciudades tenemos el deber de seguir defendiendo el país, condenando estos actos vandálicos y defendiendo nuestra patria a como de lugar. Hay que seguir apoyando a las Fuerzas Armadas, su sacrificio y valentía son lo que nos mantiene a salvo, no los dejemos solos.
Colombia seguirá en pie contra las tormentas de la violencia y el terrorismo. Somos más los buenos.