José Félix Lafaurie Rivera
@jflafaurie
Con su poderío comercial, hoy China puede transformar al sector rural colombiano. Acompañamos al presidente Duque en un viaje histórico que, para el caso de la carne, puede abrirle espacio en el comercio mundial y convertirla en motor de la transformación de la ganadería.
Existen factores estructurales que marcan ese rumbo. En 1980 la población mundial era de 4.449 millones de habitantes y en 2017 de 7.550 millones, con crecimiento de 69%. En el mismo periodo, el hato mundial pasó de 1.217 millones de cabezas a 1.492 millones, con crecimiento de apenas 22%. Hoy la producción mundial de carne es de 64 millones de toneladas y solo 11 millones se comercializan. Más gente, menos carne.
A esa tendencia se suma un factor coyuntural: La peste porcina que azota a China, con el mayor hato porcino -¡435 millones!-, del que podría perder la tercera parte, por lo que los expertos vaticinan una “disparada” de importaciones de carne de res.
El mercado chino suma 1.400 millones de personas, cinco veces más grande que el de Estados Unidos, tres que el de la Unión Europea y dos que América Latina.
El ingreso per cápita en China fue de 9.770 dólares en 2018, modesto frente a 62.927 de Estados Unidos, pero con crecimiento extraordinario, pues en 1978 apenas superaba 200 dólares por habitante. En cuatro décadas, 800 millones de personas salieron de la pobreza y el gobierno anuncia que, para 2030, el país hará parte de los “países de ingreso alto”. Hoy alberga a ¡la mitad! de la clase media del mundo.
En 2018, China le compró al mundo productos agropecuarios por 126.000 millones de dólares y a Colombia apenas 64,4 millones, equivalentes a 0,05%.
En 2018, importó 1.039 millones de toneladas de carne de res, más de la mitad desde América Latina, y Colombia no aportó un solo kilo a ese volumen. Con la combinación de factores mencionada, en el corto plazo triplicará sus compras, superando el 25% del comercio mundial.
¿De dónde saldrá esa carne? Colombia ocupa una posición importante en la producción, con el hato número doce del mundo y alto potencial de crecimiento; y para alinear un astro más, la carne de res es el único commodity con tendencia sostenida de aumento de precio, desde 2.480 dólares por tonelada en 2006 a 4.714 -casi el doble- en 2019, gracias a lo cual nuestro precio es competitivo a nivel mundial.
No obstante, para aprovechar esa oportunidad, es urgente la recuperación del estatus sanitario, prevista para septiembre, gracias a los esfuerzos del Minagricultura, el ICA y FEDEGÁN.
De ahí la importancia del viaje a China del presidente Duque. Para el caso de la carne, si no nos subimos a ese tren del futuro, nos resignaremos una vez más a verlo pasar.
Nota bene: insensata mezquindad la de quienes pretenden desvirtuar, con argumentos populistas, la importancia estratégica de los viajes presidenciales.