Alejandro Corrales

Senador Cafetero

 

Como todos los años, iniciamos una nueva legislatura comenzando con la instalación del Congreso, pero esta vez y por primera vez, lo realizamos de forma virtual debido al Covid-19, pues es evidente que el Congreso de la República podría convertirse en un foco de contagio que propagaría el virus en todas las regiones.

Esta nueva legislatura trae innumerables retos para el Senado y la Cámara de Representantes, las corporaciones tienen que solucionar su forma de funcionar, luego del fallo de la Corte Constitucional sobre el Decreto presidencial que aprueba las sesiones virtuales, la tarea que tienen por delante los presidentes no es nada fácil y tendrán a toda la opinión pública encima de ellos esperando que decisiones toman.

El escenario actual que vive el país nos obliga a abrir nuevos debates como lo son la reforma a la justicia, la reforma tributaria, e incluso una renta básica, proyecto que considero peligroso en la medida que promovería el asistencialismo y acarrearía nuevos costos que el Gobierno no puede asumir, si alguien tiene dudas, le aseguro que ese dinero no sale del Gobierno como tal, sale de los bolsillos de cada colombiano que trabaja diariamente.

Como lo he afirmado y sostenido durante toda mi vida, confío en que la mejor política social no es dando dinero, sino creando condiciones aptas para la generación de empleo y desarrollo social.

Hoy con el desempleo creciendo y con un futuro incierto es cuando más necesitamos mostrar el talante que caracteriza a los colombianos, claro esta, con una reducción de impuestos, con menos trancas y mayor facilidad para la comercialización de productos, aumento de la formalidad, apoyo a los productores nacionales y convergencia con sectores económicos de gran potencial como el sector agropecuario.

Sobre la reforma a la justicia, hoy y desde hace años es necesario realizar un cambio en una justicia parcializada que no brinda confianza a la ciudadanía, exceso de magistrados, exceso de Cortes, exceso de magistrados auxiliares y choques de trenes deberían acabarse y sentar las bases en una Alta Corte que responda a las necesidades propias de la nación, con personas preparadas y respetadas que puedan ostentar sin vergüenza alguna su posición. Basta ya de Magistrados como Malo y Bustos, Colombia necesita gente que brinde garantías reales.

Por todo esto, hoy el Congreso tiene una cuenta pendiente con el país que debe saldar lo más pronto posible con leyes y acciones que permitan acondicionarnos a una nueva normalidad y a una pronta reactivación económica.

No es un momento sencillo para nadie, realmente hoy es cuando la unión, la solidaridad y la responsabilidad nos sacarán adelante.