José Félix Lafaurie Rivera 
@jflafaurie
 
A Deyanira Barrero, nueva gerente del ICA, le tocó “estrenarse” con el foco de aftosa en Sogamoso, a raíz del cual la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, suspendió el estatus de país con zona libre de aftosa con vacunación”, que había sido restituido en mayo, después de los focos de 2017.
 
Grave situación. Por ello saludamos la decisión transparente del Ministerio y del ICA de informar de inmediato a la OIE, además de conservar la zona de contención y reforzar los controles para neutralizar el foco. Afortunadamente, la circulación viral por el animal infectado estuvo limitada a la zona de contención, sin evidencias de infección fuera de ella.
 
Hay mucho en riesgo, porque la reincidencia no es buena señal para los mercados, para los que el Ministro anunció una ofensiva diplomática, ni para la cultura ganadera de preservar la salud del hato. Si no se logra volver a la situación sanitaria prevalente hasta 2017, estarán en riesgo también inmensos recursos, del orden de un billón de pesos, solo en el costo histórico de la vacunación.
 
¿Qué pasó? Frente a los focos de 2017 se puede culpar al contrabando, pero contrabando ha habido siempre desde Venezuela; por eso la zona limítrofe era de “alta vigilancia” y la vacunación tenía que ser rigurosa. Frente al de Sogamoso, si la circulación viral persistió en la zona de contención,  es porque no se sacrificó lo que se debía ni se vacunó como se debía.
 
Se bajó la guardia y, paradójicamente, se presentaron excepcionales cifras de cobertura con base en un crecimiento disparado del hato. Frente al cálculo histórico,  de 22,9 millones de cabezas para 2015,  y a las cifras del DANE en el Censo Nacional Agropecuario de 2014, de 21,5 millones, al cierre del segundo ciclo de 2016 el ICA reportó 23,8 millones, y al cierre de 2017, ¡26,3 millones! En dos años, aparecieron casi cinco millones de cabezas.
 
El ministro Iragorri salió a pregonar tan exitosa vacunación y descalificó a Fedegán, pero tendría que haber cuestionado también el censo del DANE, por lo que no dejó sino dudas sobre tan extraordinario crecimiento. Fedegán realizó un minucioso análisis de las cifras, con hallazgos que dan para otra columna, y en buena hora el ministro Valencia anunció barrido predio a predio para llegar a cifras confiables.
 
Era una crisis anunciada. En 2015 advertí, ante la Comisión Hemisférica para la Fiebre Aftosa, de los riesgos de desmontar el equipo técnico responsable del Programa, y fui acusado de traición a la patria.
 
Lo que tenía que pasar pasó, porque no se le puede entregar un programa de tal responsabilidad técnica a una entidad financiera –Fiduagraria– bajo la supervisión de funcionarios inexpertos del Ministerio.
 
Confío en que el ministro Valencia y Deyanira lograrán superar la emergencia, un reto que Fedegán acompañará con su experiencia y capacidad técnica.