Es lamentable que nuevamente sean los menores quienes acaparen las noticias nacionales a causa de los crímenes más atroces y viles de los cuales se pueda reportar, no solo por la naturaleza macabra de crímenes como violación y asesinato, sino por ser los niños y adolescentes quienes son las infames víctimas de estas conductas.
Según El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el país unos 24 mil menores de edad sufren de maltrato y abuso infantil anualmente, estimando que en Colombia son reportados cerca de 66 casos de atropellos y vejámenes contra menores de edad diariamente.
Esta vez la atención en el asunto se centra en los vejámenes cometidos a una pequeña niña de 3 años en la capital del país, quien fue sometida a violación y atacada con ácido y otros tipos de tortura, demostrando que nuestra conciencia colectiva de país, aún sigue sufriendo de graves trastornos que conllevan estas conductas, alentadas por un deficiente sistema de justicia cuando versa en estos casos.
No podemos seguir permitiendo como colombianos y aún más nosotros como congresistas, que este tipo de conductas sigan ocurriendo en un país donde día a día y delito a delito se va convirtiendo en un tema normal y común en la criminalidad nacional.
La paciencia social jamás debe llegar a límites abruptos de apatía a estos hechos. El futuro de la nación a de resguardarse con el mismo ímpetu con el que se prolifera en campañas. La justicia ha de caer e impartirse, pues la impunidad da alientos a la perpetración continua del crimen.
 
NOHORA TOVAR REY
Senadora de la República
08 de Mayo del 2018, Bogotá D.C.