Señores senadores de la República,

Hasta cuándo seguirán muchos aquí hablando de una falsa paz que solo causa dolor y desprestigio mundial.

Hoy para los que tanto defienden ese sainete de la paz, tenemos dos noticias estremecedoras y dolorosas.

La primera es la confirmación por parte de los terroristas de las FARC, frente Oliver Sinisterra, de que asesinaron al periodista Javier Ortega, al fotógrafo Paúl Rivas y al conductor Efraín Segarra de nacionalidad ecuatoriana, que por más de dos meses clamaron por su libertad a los asesinos de la guerrilla que en breve estarán sentados en estas curules.

La segunda noticia es la masacre de ocho hombres de nuestra policía nacional, víctimas de explosivos contra el vehículo en que se movilizaban en la vereda El Tomate, en jurisdicción del municipio de San Pedro de Urabá (Antioquia).

Estos hombres que fueron asesinados mientras realizaban labores de acompañamiento a una Unidad Nacional de Restitución de Tierras y Antiterrorismo, son:

El subintendente Fabio Sarmiento Sarmiento y los patrulleros Never Alfonso Sierra Franco, John Jairo González Cardona, José David Pérez Hernández, Darlin Rodríguez Sarabia, Jorge Pacheco Solano, Giovanny Rodríguez Castaño y José Alejandro Sade Ballesteros.

Dónde está la paz que tanto defienden algunos, hoy muchos se ufanan al decir que el hospital militar está vacío de víctimas; pero claro que está vacío, no porque no haya víctimas, sino porque para desgracia de la patria, no quedan heridos sino que son asesinados en cumplimiento del deber. Tampoco hay heridos porque no está permitido el combate, por eso a nuestros hombres de la Fuerza Pública los siguen asesinado.

La historia juzgará como corresponde a los que por encima de las víctimas les otorgaron impunidad a unos asesinos narcotraficantes.