Por: Nicolás Pérez

Senador de la República

 

 

Esta semana, después de tres meses de intensas discusiones, aprobamos en el Congreso el Presupuesto General de la Nación para el 2021. Un instrumento que será vital para reactivar la economía después del bajón de este año y que tiene unas cifras para nada despreciables. Veamos:

En primer lugar, el monto total del Presupuesto asciende a $313.9 billones, el más alto en la historia del País, a tal punto que implica un incremento de $50.5 billones respecto al 2020. Frente a este punto, cabe señalar que si bien para la presente anualidad aprobamos $271.7 billones, lo cierto es que a ese monto debemos restarle los $8.3 billones que el Gobierno debió congelar ante la disminución de los ingresos de la Nación, con lo que, en últimas, los recursos para esta vigencia llegaron a $263.4 billones.

En segundo lugar, el Presupuesto se compone de tres grandes rubros: 1) funcionamiento 2) inversión 3) deuda. Para el primero, se asignaron $184.9 billones con los cuales se cubrirán, entre otros gastos, $42.4 billones en pensiones, $21.7 billones para el aseguramiento en salud y $47.6 billones del Sistema General de Participaciones, es decir, las transferencias que le hace la Nación a los municipios y departamentos para la financiación de sus servicios de salud y educación.

Asimismo, dentro de este rubro se garantiza el pago de los salarios y honorarios de los funcionarios y contratistas de las tres ramas del Estado. Al respecto, no me cansaré en señalar la necesidad de disminuir la burocracia del País, dado que solamente en el Gobierno Nacional están vinculados 104.528 funcionarios civiles que nos cuestan $8.6 billones anuales.

Para el segundo componente, el de inversión, se asignaron $15.4 billones más respecto de este año, lo cual representa un incremento del 35% que nos permite llegar a los $58.5 billones. Cabe resaltar que este es el monto más alto en la historia del País, gracias al cual pasaremos de ejecutar el 4.3% del PIB en 2020 al 5.2% en 2021.

De hecho, es tan importante este rubro que contempla la inyección de $4.3 billones para la reactivación económica y generación de empleo, dentro de los cuales $2.4 billones van para el sector transporte, de tal forma que se pueda financiar, por ejemplo, la intervención de vías terciarias por $655.000 millones, una cifra nunca antes vista.

Además, se destinan $24 billones para garantizar el componente social del Presupuesto. De ahí se desprenden $2.4 billones para Familias y Jóvenes en Acción, $1.8 billones para cubrir a los 1.7 millones de adultos mayores cubiertos por Colombia Mayor y $1 billón para ampliar de 1 a 2 millones los hogares beneficiarios de la Devolución del IVA.

Adicionalmente, se aseguran los recursos para la financiación del Ingreso Solidario hasta junio de 2021 para continuar beneficiando a 3 millones de hogares, quienes recibirán $960.000 el próximo año, programa que va de la mano con la ampliación que realizamos la semana pasada del PAEF, para el cual se destinaron $5.6 billones adicionales hasta marzo del 2021 con cargo al FOME.

Frente a Antioquia, tenemos un presupuesto regionalizado de $5.1 billones, es decir, una variación del 37% respecto del 2020, lo cual se traduce en $1.3 billones adicionales que garantizarán, entre otros aspectos, la financiación de seis mega concesiones viales y el mantenimiento de la infraestructura aeroportuaria y de varias carreteras estratégicas para la conectividad regional.

Finalmente, el tercer rubro del Presupuesto es la deuda por $70.5 billones, la cual aumentó en $16.8 billones en comparación al 2020 como consecuencia del gasto adicional al que nos tocó acudir para mitigar los efectos de la pandemia.

Al respecto, aunque algunos sectores proponen sin sonrojarse que dejemos de pagar la deuda, esto es lo peor que podríamos hacer. Claro, a nadie le gusta dejar de comprar cosas nuevas para cubrir las obligaciones, pero al igual que sucede con una tarjeta de crédito, si nosotros no honramos los compromisos financieros adquiridos, sencillamente después no nos vuelven a prestar, con lo cual estaríamos acabando con una de las principales fuentes de financiación del País.

De hecho, Colombia a diferencia de países como Argentina, que en nueve ocasiones ha entrado en default, lo que significa dejar de pagar la deuda, siempre ha cumplido sus compromisos, gracias a lo cual hemos mantenido abiertas las puertas a los créditos con buenas tasas de interés. En otras palabras, ser buena paga nos ha funcionado.

Este es el Presupuesto del 2021. Una herramienta determinante para reactivar la economía del País con el rubro de inversión más alto de la historia. Desde el Congreso ya cumplimos con nuestra parte. Ahora, le corresponde a los Ministros y Directores de entidades ejecutar al 100% estos recursos para transformar la realidad de los colombianos, labor que supervisaremos en detalle desde el legislativo.