Alejandro Corrales

Senador Cafetero

 

Colombia atraviesa una crisis nunca antes vista, jamás el país había detenido su normal funcionamiento de forma tan abrupta, jamás se nos había pedido quedarnos en casa tanto tiempo. La aparición del Covid-19 en nuestro territorio nos ha puesto grandes retos como sociedad. Nos ha obligado a cambiar nuestra forma de vida y nos ha demostrado qué es lo realmente importante.

Empezamos a valorar el tiempo en familia, los amigos, las salidas al parque, nuestra salud y lo más importante, empezamos a valorar los alimentos que llegan a nuestra mesa.

Mientras nos quedamos en casa algunos colombianos siguen trabajando diariamente, Fuerza Pública, equipo médico, transportadores y productores del sector agropecuario no han parado un minuto.

Nuestros campesinos han trabajado diariamente por seguir produciendo alimentos, poniendo en riesgo su vida y la de su familia, y por eso merecen todo nuestro reconocimiento, gracias a ellos la línea de producción de alimentos no se detiene, las tiendas y mercados del país pueden tener sus estantes llenos y las familias colombianas pueden comer a diario.

Su papel es tan crucial para el país que el Gobierno Nacional no ha escatimado recursos para apoyar el sector, se han abierto distintas líneas de crédito con el Banco Agrario y Finagro, se han dirigido recursos para cuidar su producción y se han presentado alivios económicos para los deudores.

Por otro lado, se han girado los dineros referentes a los programas sociales familias en acción, jóvenes en acción y al adulto mayor para poder mitigar la crisis en los hogares de la ruralidad colombiana.

Pero aún con todo esto, el campo nos necesita. Porque de nada sirve que nuestros campesinos adopten nuevas responsabilidades crediticias, si no existe un verdadero compromiso en la compra de sus cosechas a precios justos, si no hay mano de obra para cosechar los alimentos o demanda suficiente no lograremos salir adelante.

Para combatir esta crisis desde lo rural debemos permitir que los jóvenes puedan trabajar y apoyar a sus padres y abuelos, debemos estimular la compra de alimentos dejando a un lado a los intermediarios, que son al final quienes suben el valor de los alimentos. Que bueno seria una compra masiva por parte del Gobierno Nacional a nuestros campesinos y que desde nuestras casas empecemos a comprar alimentos 100% colombianos, que defendamos nuestra industria nacional y les demos un impulso a los campesinos que hoy ven con angustia el futuro de sus cosechas y sus familias.

Como país nos enfrentamos a una crisis jamás antes vista, pero no por eso debemos desfallecer, por el contrario, debemos salir más fortalecidos de esta contingencia, apreciando lo verdaderamente importante, siendo conscientes de nuestro papel en el cuidado del planeta y reconociendo que durante todo este tiempo tuvimos unos héroes silenciosos, escondidos entre hectáreas de cultivos trabajando por llevarnos comida a nuestras casas.

Si hay algo que les puedo asegurar es que nuestros campesinos son héroes, son personas dedicadas, buenas y muy trabajadoras. No olvidemos todo lo que hacen por nosotros, no olvidemos que ahí están, dispuestos a salir cada mañana a seguir produciendo nuestros alimentos.

Espero finalmente, entendamos con toda esta situación la urgencia de apoyar a este sector con mejores escuelas rurales, mejores vías terciarias, mejores viviendas, mayor respaldo para la compra de sus insumos y fertilizantes, y mayores facilidades de venta de sus productos.

En Colombia no podemos seguir acostumbrados a que el campo está para combatir la pobreza. Hay que ser claros: el sector agropecuario debe estar, para generar riqueza!!!