Por: John Harold Suárez Vargas 

Senador de la República

Nuestra historia ha estado marcada por graves problemas, pero gracias a la pujanza y tesón de los colombianos hemos superado crisis económicas, políticas, pandemias como la de la Influenza o “Gripe” en 1918; desastres naturales como los terremotos de Tumaco en 1979 y Popayán en 1981, y la tragedia de Armero en 1985 por la erupción del Nevado del Ruiz. También y con frecuencia hemos enfrentado y superado fuertes olas invernales y largas sequias.

La violencia tristemente nos ha perseguido a lo largo de los años: la violencia política de los años 50; luego en los años 80 incursiona el narcotráfico y su alianza macabra con organizaciones terroristas sembrando el miedo en nuestra sociedad cuando secuestraron y asesinaron a cuatro candidatos presidenciales, activaron carros bombas en calles y centros comerciales matando inocentes, se tomaron e incendiaron el Palacio de Justicia ejecutando a magistrados de las altas cortes, derribaron un avión comercial y muchas más acciones delictivas. En los años 90 se recrudece el accionar de estas organizaciones terroristas llevando violencia a las zonas rurales, realizando tomas sangrientas a poblaciones, secuestrando aviones, a feligreses en iglesias, a diputados que después asesinaron; nadie podía transitar con seguridad por ninguna de nuestras carreteras por temor a ser víctima del hurto o el secuestro en las llamadas “pescas milagrosas”. En el 2002 llega a la presidencia Álvaro Uribe Vélez, quien el día de su posesión es recibido con un inédito ataque con cohetes y cilindros bomba en la Casa de Nariño por parte de terroristas. Su política de seguridad democráticacombatiendo al narcotráfico y a los grupos armados devolvió la confianza a nuestra sociedad y a la inversión extranjerallevando a cifras positivas los indicadores sociales y económicos. Nuestra sociedad recuperó el optimismo y confianza en el futuro.

En el presente, la humanidad es víctima de la peor crisis de salud y economía en su historia debido a la pandemia del COVID19 y los gobernantes están tomando decisiones en sus finanzas que permitan la reactivación económica, robustecer los sistemas de salud, sostener y ampliar cobertura a los programas sociales.

Hoy se requiere con urgencia construir en medio de las diferencias políticas las propuestas que permitan al Estado un equilibrio en sus finanzas. No es momento de egos, partidismos, ni de campañas políticas. No importa el color político de quien hoy ostenta la presidencia, pues la pandemia hubiese podido llegar durante un gobierno de izquierda, alternativo o de otro color, pero de igual manera, juntos debemos construir, no destruir ni polarizar. Nadie es dueño de la verdad absoluta ni puede irresponsablemente decir que solo en sus manos están todas las soluciones a los problemas de la patria.

Ayer celebramos el día del niño y el mejor tributo que podemos rendirles es dejarles un país con oportunidades para salud, educación y trabajo. 

El futuro de las próximas generaciones de colombianos está en nuestras manos.