Por: John Harold Suárez Vargas.

Senador de la República.

El sábado anterior se cerró la inscripción de candidatos a ocupar una curul en los Consejos Municipales de Juventud, cuyas elecciones se realizarán por primera vez en Colombia el próximo el 28 de noviembre.

Mucho hemos escuchado sobre ellos, especialmente en este último mes, pero no tenemos una clara ilustración en qué consisten y cuáles son sus funciones.  

Comencemos señalando que los Consejos Municipales de Juventud son el espacio de participación democrática más importante  de nuestro país para los jóvenes entre 14 y 28 años; se crearon mediante la ley 1622 de 2013 y la ley estatutaria 1885 de 2018, en los cuales pueden elegir y ser elegidos consejeros para un periodo Ad Honorem de cuatro años para actuar como interlocutores válidos ante las administraciones municipales, distritales, departamentales, nacionales y organizaciones privadas en los temas concernientes a la juventud, en su  vigilancia y control. 

Así mismo pueden proponer a las respectivas autoridades territoriales y nacionales, políticas, programas y proyectos para la juventud, con la posibilidad de radicar en el Congreso de la República, con el acompañamiento de los partidos políticos, proyectos de ley para modificar o crear nuevas leyes en su beneficio. Estarán conformados por un 30% de jóvenes postulados por procesos y prácticas organizativas, 30% jóvenes de partidos o movimientos políticos y 40% listas de jóvenes independientes en la cuales las minorías tendrán una importante representación.

Como se puede apreciar, este modelo único en América Latina y el Caribe, es el mecanismo constitucional, pacífico, incluyente y democrático para que nuestra juventud se exprese dentro de nuestro ordenamiento jurídico velando por el cumplimento de sus derechos por parte del Estado, sin necesidad de acudir a propuestas como aumentar curules en el Congreso. Esta es la oportunidad pacífica y eficiente que brinda nuestra democracia para construir país y para el relevo generacional de líderes, alejado de aquellas fuerzas políticas oscuras que solo en el caos, la lucha de clases y la anarquía impulsan a los jóvenes a reivindicar sus derechos con el único fin de satisfacer egolatrías y mesianismos. 

¿Por qué los líderes de bolsas y maletines no mostraron este camino democrático en años anteriores a los jóvenes? ¿Cuántos muertos, heridos, pérdidas de empleo y ruina económica se hubieran evitado si estos líderes humanistas hubieran acogido este camino?

Ahora sí los jóvenes dispondrán de las herramientas legales para hacer un seguimiento a los políticos que lleguen al poder sobre las políticas públicas para la juventud, pues muchos de ellos solo los mencionan en discursos “veintejulieros” de campaña o utilizándolos para realizar trabajo electoral, muchas veces sin cumplimientos laborales justos. 

Jóvenes, ustedes tienen la palabra y la responsabilidad de construir un mejor país para sus hijos y nuestros nietos. El futuro de nuestra democracia está en sus manos.