Por: Juan Espinal
El presidente electo, Gustavo Petro, aún no ha completado los nombres de su gabinete y desde ya genera expectativa sobre quiénes serán los ministros de Minas y Energía y Comercio, Industria y Turismo; dos carteras que tienen grandes retos, como continuar con el modelo de Transición Energética del país, con una hoja de ruta que dejó bien planteada el ministro saliente Diego Mesa; la decisión frente al fracking, y garantizar la autosuficiencia para dar seguridad energética al país; frente al ministerio de Comercio, replantear alcances del TLC con los EEUU como lo han manifestado, decisión que genera dudas e incertidumbre, fortalecer el turismo, y definir la política arancelaria, que sin duda será un punto de discusión en la Reforma Tributaria.
La pregunta es, sí este será un gobierno de intuición (improvisación) para tomar decisiones, o tendrán en cuenta informes técnicos y científicos para decidir.
La ministra anunciada de Agricultura, Cecilia López, ha manifestado algunos puntos de lo que sería la Reforma Agraria, anuncios que han generado temor, por nombrar algunos, como el impuesto a la tierra improductiva, donde pudieran ir por la tierra de los ganaderos en una suerte de expropiación camuflada; el catastro multipropósito como herramienta clave en la Reforma. De acuerdo con la doctora, Cecilia López, en Colombia hay 22 millones de hectáreas con vocación agrícola, y solo 5,4 son productivas, cifra que pretende aumentar a 19 millones de hectáreas con la tierra de los ganaderos, toda vez que ocupan 34 millones de hectáreas y solo deberían ocupar 15 millones, ¿será que ya existe estudio técnico, o es intuición?
Si la ministra requiere de tierras debería mirar las más de 33 millones de hectáreas que tienen las comunidades indígenas, y que tienen para contemplación; además de usarlas para cultivos ilícitos como queda demostrado en el informe de Naciones Unidas de 2019.
Se requiere de un estudio para determinar los usos de la tierra, qué productos agrícolas se pueden cultivar y en dónde, el clima y sus efectos, porque más que una discusión tributaria, estamos ante un análisis técnico.
Por esto le decimos a la ministra López, que no le ocurra lo de las orillas del río Sinú, o lo de San Onofre (Sucre), por falta de rigurosidad técnica, y que por simple intuición, fracasaron los proyectos productivos.
Frente a la suerte del fracking en Colombia, sí que debe haber intuición en la ministra de Ambiente anunciada, quien en su primera reacción expresó: “No al fracking en el país”. En los últimos 10 años, Ecopetrol ha transferido $195 billones a la Nación en regalías, impuestos y dividendos, pero sus reservas actuales de hidrocarburos no alcanzarían para más de 8 años.
Se estima que si realizamos fracking los aportes en impuestos, regalías y dividendos de estos desarrollos podrían ser entre 500 y 3 mil millones de dólares por año para los próximos 25 años, y aumentar las reservas, el potencial de reservas de los 4 proyectos: entre 10 y 20 terapiés cúbicos de gas (TPC) y entre 2.700 y 7.000 millones de barriles de crudo.
Las reservas actuales están en 3,9 TPC de gas y 1.800 millones de barriles de crudo, lo cual significa que se podrían triplicar o cuadruplicar, es decir, la producción adicional sería de 450 mil barriles diarios.
El Ingresos para la nación en los próximos 25 años sería de 36 MM USD (miles de millones de dólares) – 10 MM USD en regalías, 18 MM USD en impuestos, 6 MM USD en dividendos y 2 MM USD en derechos económicos. Durante la etapa exploratoria el aporte fiscal sería de 10 M USD entre 2020 y 2022 (8 M USD en regalías y 2 M USD en derechos económicos), y los Ingresos para las regiones, se verían reflejados en los encadenamientos productivos generando ingresos fiscales adicionales, por ICA e impuestos a los combustibles de al menos 34 M USD durante la etapa de desarrollo y de 3 M USD año durante la etapa de exploración.
Son muchos los retos que tenemos como Nación, y que tiene el Gobierno Petro, espero que cumpla con su palabra como lo manifestó en la reunión que sostuvo con el presidente Uribe, “todas mis decisiones, siempre serán bajo argumentos y estudios técnicos”.
¡Ojalá no sea un gobierno que tome decisiones por intuición!