Han pasado cinco años desde que el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos le dio la llave de la impunidad a las Farc. Desde el 24 de noviembre de 2016, y como lo advertimos muchas veces quienes fuimos y seguimos siendo críticos de ese acuerdo construido en La Habana, los responsables de los peores crímenes, aberraciones y ataques contra miles de colombianos viven hoy a costillas del Estado, sin pagar un solo día de cárcel e incluso algunos de sus máximos líderes premiados con curules en el Congreso. Desde ahí han usado su curul para negar descaradamente la comisión de delitos como reclutamiento, secuestro, violaciones, terrorismo e incluso narcotráfico, actividad ilegal que en 2014 ubicó a las Farc como el tercer grupo narcoterrorista más rico del mundo, según la revista Forbes.

Hacer un corte de cuentas del acuerdo es obligado y necesario. Han sido 1.825 días en los que solo ha habido cumplimiento de una de las partes, en este caso del Gobierno Nacional, mientras que las Farc no solo no muestra gestos de arrepentimiento o de perdón, sino que se hicieron los de la vista gorda con los compromisos que con tanto ahínco pregonaron el 24 de noviembre de 2016 cuando se rubricó ese pacto en el Teatro Colón de Bogotá. Siempre es bueno recordar que la mayoría de los colombianos le dijimos no a ese acuerdo en el plebiscito del 2 de octubre de 2016.

Los incumplimientos saltan a la vista. En el inventario reportado por las Farc, revisemos primero la entrega de bienes inmuebles, donde están rajados y peor aún, no parece haber luz al final del túnel. Según la Sociedad de Activos Especiales (SAE), las Farc no han mostrado voluntad alguna en entregar los 722 inmuebles en los tiempos establecidos. A la fecha sólo 46 han sido entregados.

Con relación al dinero en efectivo, declararon $12.070 millones, de los cuales entregaron la pírrica suma de $2.114 millones. De los 25.000 gramos de oro (entre joyas, lingotes y oro granulado) solo entregaron 2.540 gr. De 24.456 semovientes solo aparecieron 258, y de los 51.992 muebles y enseres solo entregaron 1.821. La cereza del pastel, de 319 vehículos reportados solo entregaron 8, los demás, como en los ítems anteriores, parecen haber desaparecido como por arte de magia.

Lo entregado por las Farc suma un valor de $42.765 millones, cuantía absurda cuando ellos habían hablado y comprometido entregar el equivalente a $967 mil millones. Pero, además, la fortuna de este grupo narcoterrorista, según la revista Forbes, llegó a ser de USD $600 millones, plata que no aparece y con la que muy bien podría repararse a todas las víctimas. Lo que indigna es el argumento de los líderes de ese grupo, cuando dicen que no aparece ni aparecerá por “problemas de seguridad y orden público o porque no tienen información exacta de la ubicación”. Evidente burla y afrenta a las víctimas, quienes aún esperan ser reparadas, y a quienes les dijeron que eran el centro del acuerdo.

Ahora bien, hablemos de los menores de edad reclutados que, según la jurisdicción Especial para la Paz (JEP) fueron 18.600 entre 1.996 y 2016, siendo el 30,5% niños menores de 15 años, 52,9% mayores de 15 y el restante con edades que no fueron posibles de establecer. La pregunta es ¿dónde están?, porque según la Fiscalía solo entregaron 144 entre 2016 y 2017. ¿Qué pasó con los demás?… Y ni qué decir de la entrega de armas, cuando en marzo de 2017 el propio Santos anunció que el inventario de las Farc era de 14.000, pero a manos de la ONU solo llegaron 8.944. Las demás, posiblemente ubicadas en caletas, fueron las usadas por las disidencias para rearmarse y volver a delinquir. Pero de eso nadie habla.

Las Farc se lavaron las manos con el inventario. Nos hicieron conejo descaradamente, pero nadie, ni siquiera los propios “garantes” han puesto el grito en el cielo, parece que para los victimarios no hay mecanismo que los obligue a cumplir tras cinco años de firmado el acuerdo.

Lo triste es que mientras el gobierno del presidente Iván Duque ha invertido $31.9 billones para la implementación del acuerdo en el periodo 2019 a 2021, las Farc solo hayan entregado, a la fecha, el 22% del total de los bienes reportados en su inventario, según la SAE. Así las cosas, transcurridos cinco años y según la Alta Consejería para la Estabilización solo se ha logrado monetizar el 4% de los bienes entregados, es decir, $42 mil millones de los $967 mil millones estipulados en la lista de bienes, dinero con el que se supone deberían ser reparadas las víctimas. Ellas siguen esperando.

María del Rosario Guerra

@CharoGuerra