Por: John Harold Suárez Vargas,

Senador de la República.

‘Vive Colombia, viaja por ella’, el programa de promoción turística del entonces presidente Álvaro Uribe, cumplió 20 años el pasado mes de septiembre y se constituyó en ese momento en una medida para recuperar la confianza de los turistas que debido a las llamadas “pescas milagrosas” de las FARC, y demás acciones de violencia por parte de grupos guerrilleros y paramilitares, produjeron el declive del turismo. Hoy, aunque las motivaciones son otras, cobra vigencia con ocasión de la semana de receso escolar que está comenzando y que nace en el 2007 con el decreto 1373, firmado también por el mismo Presidente.

Después de casi dos años de pandemia el turismo ha iniciado con fuerza su reactivación gracias a la tenacidad de sus empresarios grandes y pequeños, a las políticas públicas como la ley del turismo, al PAEF, a la exoneración de impuestos, la rebaja del IVA a los tiquetes aéreos y al avance en el plan de vacunación con 42.349.272 vacunas aplicadas y 18.096.506 de compatriotas con el esquema completo según informa el Ministerio de Salud con corte al 7 de octubre. 

Las proyecciones de diferentes entidades muestran una nueva dinámica del sector: la Superintendencia de Transporte estima que esta semana se movilizarán por las terminales de transporte más de dos millones y medio de pasajeros; Colteco espera una ocupación hotelera entre el 55 y 60% y la Policía de Carreteras calcula que cerca de nueve millones de vehículos circularán por las vías del país. 

Todas estas cifras, aunque levemente inferiores a las registradas en el 2019, son muestra que Colombia vive a pesar de las voces de aquellos que basan su discurso en la parte vacía del vaso. Es cierto, hay muchas dificultades, ¿y qué país del mundo no las tiene hoy en día?, empezando por Estados Unidos, la principal potencia económica del planeta que hoy se encuentra en riesgo de entrar en “default”, es decir, no contar con recursos para cubrir el pago de sus deudas. 

Tenemos graves problemas, pero la narrativa apocalíptica utilizada como plataforma electoral para cautivar electores es muy distinta a la visión que tiene el mundo de nuestro país en materia económica: una de las calificadoras de riesgo, Moody’s, le mantuvo la calificación de grado de inversión a Colombia en “Baa2” y mejoró la perspectiva de negativa a estable. Además, la inversión extranjera no minera en los tres años del gobierno del presidente Duque aumentó en un 196% con recursos cercanos a 25.400 millones de dólares, generando 240.000 empleos a agosto de este año.

El turismo es uno de los mayores dinamizadores de la economía y las cifras pre pandemia eran optimistas por su crecimiento. Debemos seguir la senda de ese “nuevo petróleo”; cada turista impulsa mínimo ocho sectores distintos de la economía dando empleo a personas de todos los orígenes socio económicos, en especial a los jóvenes y mujeres. 

La pandemia ha permitido valorar municipios, que no visitábamos; por eso es importante que los alcaldes se preocupen por mantener bonitos sus municipios, con manteamiento a sus parques y al mobiliario público, con calles y andenes aseados, en buen estado,  y así ofrecer una grata experiencia al visitante.  

Se puede tener una mirada crítica y es necesaria, pero no una mirada destructiva e incendiaria, cargada de odio y de pesimismo tóxico. Hoy, contrario a lo que muchos quisieran, Colombia se levanta con fuerza, gracias al optimismo responsable de la mayoría de compatriotas.

No bajemos la guardia en auto cuidado, el COVID vino para quedarse.

Vive Colombia, Viva Colombia.